jueves, 28 de febrero de 2008

LOS NUEVOS "DESAPARECIDOS"

LOS NUEVOS DESAPARECIDOS
Durante años vimos, intuímos o ni siquiera imaginamos que la Argentina era una nación hemorrágica, surcada por mares de sangre.
Algunos quisieron remediar el problema de la injusticia social, el hambre, la ignorancia, la explotación, el imperialismo y otras yerbas (no menos verdaderas) mediante su interpretación de la receta marxista: el foquismo. Así las organizaciones terroristas, que se creían dueños de la voluntad popular aunque fueran una minoría, reaccionaron ante las injusticias del "capitalismo despiadado e inhumano", en épocas de la proscripción del peronismo. Para remediar esas injusticias cometieron atentados, realizaron secuestros y mataron a muchas de las personas del pueblo al que, supuestamente, querían "liberar" de las manos opresoras.
En síntesis: para remediar una injusticia cometo otra injusticia.
Para terminar con el flagelo terrorista de ultra izquierda algunos iluminados decidieron suspender por tiempo indeterminado el funcionamiento de la repùblica y aplicar su propia receta. La dictadura cívico-militar combatió el terrorismo en provincias jaqueadas como Tucumán y emprendió una polìtica para barrer cualquier vestigio del mismo a través de un plan sistemático de "desaparición" de personas. Por lo tanto para terminar con el terrorismo, aunque de hecho se había instaurado otro, se secuestró, torturó y "desapareció" a muchos consabidos terroristas, sus familiares y amigos (en su mayoría inocentes) y , por las dudas, a todo aquel que tuviera "ideas peligrosas" o representara algún reclamo o protesta. O sea para solucionar el problema de la injusticia se volvió a cometer otra injusticia.
Hoy mucha gente habla, los medios justifican, los representates del pueblo presentan proyectos: para legalizar el aborto o despenalizarlo. Si la chica fue violada sería "justificable", si no nace sanito o ,digamos, normal (según los estándares de nuestra sociedad), también; si fuera en un hogar con una situación socio-económica difícil: pues, adelante. Si fuera indeseado: ok, la mujer tiene derecho sobre "su cuerpo".
Parece que "todo vale" y hace a la "libertad de decidir". Pero: qué pasa con la parte más débil en esta historia? Sabemos que la mujer madre soltera o violada o extremadamente pobre (que muchas veces muere tras un aborto clandestino) es una parte con un alto grado de indefensión y hay que tejer una red para contenerla. Pero hay otra parte, aún más débil, con una indefensión absoluta: la criatura. Bueno, aunque no sea "una vida todavía". No es una vida todavía??????
Nuestro Código Civil sostiene la existencia de la vida, y por ende el reconocimiento de derechos, desde la concepción misma (la persona por nacer). Ello es acorde a la ciencia. En otras épocas talvez el debate de cuando empieza la vida, se hubiese justificado. Pero hoy? Con los adelantos científicos?
Estoy viendo una ecografía donde mi bebé mueve las manitos y acerca el pulgar a su boca. Para mí: una prueba contundente. Veo ese coranzoncito reflejado en una lucecita que prende y apaga. Seguirá unido a la madre, pero "no es la madre". Es otra persona. La madre podrá tomar decisiones sobre su cuerpo pero no sobre el cuerpo de un tercero al que hay que defender. La ecografía es solo una imagen contundente. Los datos de la ciencia son abundantes y maravillosos. Hay vida (y no a partir del tercer mes de concepción, sino desde la concepción misma).
Alrededor de esta realidad: las paradojas siguen. Muchos de los que dicen defender la vida sobre el aborto, no hacen el mismo esfuerzo cuando el niño se encuentra entre nosotros. De hecho miles de niños mueren por desnutrición o enfermedades totalmente superables a esta altura de la historia.
Muchos de los que dicen defender los derechos humanos y quieren esclarecer temas del pasado (como el de los desaparecidos) están a favor de los "nuevos desaparecidos", los nuevos NN. Si va a nacer pobre o no va a tener atención: mejor "matémoslo". No sería mejor cambiar la situación de injusticia social, trabajar con ingenio y sacrificio, educando, solidarizándonos, uniéndonos todos, debatiendo sinceramente?
Muchas paradojas y contradicciones, y en el medio, la Vida. Pero claro, nuestros oídos no escuchan el llanto del niño abortado. Es silencioso. Los árboles tampoco gritan al ser derribados. Parece que lo que no nos afecta a nosotros, a nuestros sentidos, no es vida. Pero lo es y Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la Vida.." Será inevitablemente crucificado de nuevo ante cada aborto. Por eso un día escribí: "Escuché el llanto de un niño, escuché como lloraba.. pero no fue en mis oídos: lo sentí dentro de mi alma...."
Dr Hugo Turrini

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