miércoles, 26 de mayo de 2010

DECLARACIÓN DEL BICENTENARIO



La UCR, el Partido Socialista y el GEN, con una propuesta común

Con motivo de la celebración de los 200 años de la Revolución de Mayo, acompañamos todos los actos de conmemoración que se realizan en la extensión de nuestro territorio nacional, y hacemos un llamado a la unidad y cooperación política para contribuir a la afirmación ética y democrática que necesita la Argentina para avanzar en la justicia social y la libertad.

Proponemos rescatar la gesta emancipadora y revolucionaria de 1810.
Corresponde que todos trabajemos bajo los valores que la inspiraron, en la construcción de una Nación libre y soberana, donde todas las personas puedan alcanzar el objetivo del progreso social y colectivo. Y para eso, el ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, constituye una condición insoslayable como responsabilidad y garantía del Estado.

Proponemos aprovechar las oportunidades del contexto mundial, para promover el desarrollo económico, social y cultural de la Argentina.
La crisis del Imperialismo Colonial de aquella vez, la crisis financiera internacional de hoy, y el surgimiento de nuevos centros de poder en diversas regiones del mundo nos ofrecen oportunidades a los países de América Latina, en primer lugar, para profundizar nuestra unión y fundar un nuevo Orden Mundial, profundizando el multilateralismo y oponiendo a la globalización financiera con alta concentración en pocas manos, la globalización de la política y la ética, y en segundo lugar, un proyecto político, económico y cultural que establezca las bases de un desarrollo en la Región, que cambie las profundas desigualdades en las que convivimos nuestros compatriotas y hermanos de la región.

Proponemos imbuir, como a los revolucionarios de Mayo, de los principios de 1789: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Bajo la dimensión ética, hacia una nueva cultura política que tenga a la igualdad por su horizonte, porque solamente son libres los ciudadanos y ciudadanas iguales. Es necesario trabajar bajo esos principios para asegurar a las generaciones que vendrán las mejores oportunidades dentro de un proceso de desarrollo humano, social, económico y cultural, que promueva el industrialismo incluyente y sustentable, una nueva ruralidad y el acceso y uso de las nuevas tecnologías para asegurar el crecimiento equitativo de las regiones a través de un federalismo justo, transparente y cooperativo.

Proponemos recuperar el sentido de la política como acción con otros, como ejercicio permanente del conflicto, el diálogo y el consenso.
Recuperar la política y darle el sentido de lo justo a la acción de los Partidos Políticos, de los grupos de interés, las entidades de bien público y las empresas, los aparatos del Estado y los ciudadanos en general.

Proponemos a todos los ciudadanos y ciudadanas volver a hacer lo que los hombres de Mayo aprendieron a hacer.
Forjar en nuestro País una casa común en la que todos tengamos derecho a perseguir nuestros sueños y posibilidades efectivas de lograrlos. Somos responsables de la sociedad y del tiempo en que nos toca actuar. Y nos comprometemos desde las ideas y principios de nuestros respectivos partidos, pero con la mirada puesta en esa casa común que es la Argentina, a través de la acción cooperativa y constructiva, a mirar para atrás sólo para honrar la historia, creando las mejores condiciones en el presente para avanzar hacia un futuro mejor.



Ernesto Sanz
Presidente
Unión Cívica Radical

Rubén Giustiniani
Presidente
Partido Socialista

Margarita Stolbizer
Presidenta
Partido GEN

jueves, 4 de febrero de 2010

LA ILEGALIDAD PRODUCE POBREZA


Hemos escuchado y visto el asombro de muchos analistas o simples ciudadanos de otros países, que no pueden entender como una nación capaz de generar el triple de alimentos necesarios para su población, tiene niños que fallecen por inanición.
Ya lo decía Raúl Alfonsín en la campaña de 1983: "En la Argentina hay hambre, no porque no haya alimentos, sino porque hay inmoralidad".
La conclusión inmediata sería que en nuestro país hay pobreza porque, si bien hay recursos, existe una pésima distribución de la riqueza en donde pocos reciben mucho y muchos reciben poco y nada. No es la misión de este artículo analizar que instrumentos son idóneos para lograr la anhelada distribución, sino hacer una lectura sobre las causas profundas de la pobreza.
Hay otra conclusión, aún más elemental que la enunciada: en la Argentina hay pobreza porque la ilegalidad es altísima. La falta de apego a la Constitución Nacional y la ley por gran parte de la población (comenzando por los gobernantes que deben dar el ejemplo)es prácticamente la regla. Claro, la situación se torna grave cuando ese Estado que debe velar por la ley, el orden, la paz social se transforma en el primer "violador". La utilización de "favores", el sistema "coimero", el punterismo prebendario, el beneficio del "amiguismo", la "mordida" creciente, en síntesis la corrupción(muchas veces estructural y no exclusividad de un gobierno), socavan la confianza en las instituciones, restan "autoridad". Esa autoridad, en Democracia, se debe construir día a día con diálogo, consenso, ejemplaridad.
Cuando el Estado interviene discrecionalmente, cuando el Poder Ejecutivo avasalla al Congreso, cuando utiliza los recursos de todos para el alineamiento de la tropa de gobernadores se está destruyendo la misma posibilidad de desarrollo.
Se me ocurren dos citas para merituar el supuesto comportamiento del ex presidente Néstor Kirchner en torno a la compra de millones de dólares. Una cita es bíblica. San Pablo escribió en su primera epístola a los cristianos de Corinto: "Todo me es lícito mas no todo conviene"... Nadie pudo a ciencia cierta atacar la legalidad de dicha compra. A ello le sumo otra idea: "No todo lo lícito es moral". Dejando de lado este comportamiento puntual (que no es aislado y pequeño como muchos creen sino llevado adelante por un ex presidente, posible candidato nuevamente y esposo de la actual mandataria, privilegiado de la información y con grados de decisión gubernamental desde la oscuridad), vuelvo a mi concepto original: pérdida de confianza en el sistema.
Como decía en un programa televisivo el Diputado Nacional Ricardo Alfonsín, antes se creía que los temas institucionales,la división de poderes, el no apego a la Constitución y la ley, era un problema de los políticos, de los analistas políticos, de la filosofía política, pero no del ciudadano o habitante común. Hoy el hombre común ha percibido como lo perjudica la ilegalidad y los comportamientos inmorales.
Se reclaman inversiones en un país sin reglas claras, con un Estado dispuesto a devorarse todo en el afán de unos pocos de perpetuarse en el poder, construído en base a la extorsión.
La falta de confianza lleva a la especulación de muchos que en definitiva creen que el sacrificio y la honradez son perjudiciales. Ello es nocivo para un verdadero "desarrollo" (mucho más que crecimiento) y , por ende, para una equitativa distribución de la riqueza, que no se genera en la medida de nuestras posibilidades.
Ese círculo vicioso tiene puntos débiles. Debemos revertir esa tendencia a partir de los resultados del 28 de junio. La oposición debe tener un comportamiento acorde a las circunstancias. Exigimos "grandeza" a quienes podemos exigirles algo.
La sociedad y el mundo verán seriedad en un país que respeta sus instituciones y sus leyes. La confianza volverá y será posible, además de la elaboración de políticas públicas a mediano y largo plazo, el desarrollo integral del país, la generación de riqueza y la utilización de instrumentos distributivos (en donde los impuestos cumplan con su finalidad original).
Sin cambio, sucumbiremos. Pero el cambio es posible. Está en manos de los ciudadanos responsables.
Hugo Turrini